El ámbito doméstico y familiar constituye un material literario tan particular como universal. “Todas las familias felices se parecen, pero cada familia infeliz lo es a su manera”, dijo Tolstói al comenzar su novela Ana Karénina.

O como dice el refrán popular: “cada familia es un mundo”. Y sea como fuere ese mundo (o mejor dicho como lo percibe cada uno) desde que la familia existe como tal, ha sido protagonista o parte de casi todas las producciones literarias. Y si no está presente, el peso de su ausencia, es a veces mayor que su presencia.

En este curso vamos a tomar como eje de las relaciones familiares la problemática del vínculo entre pares -hermano, prójimo, semejante-, como condición ineludible del lazo social, que hoy se encuentra en crisis, o al menos tenemos la sensación de que esos lazos se han vuelto tan frágiles que no llegan a conformar un tejido firme donde apoyarse o sentirnos parte.

Con respecto a las y los hermanos en la literatura, podemos remontarnos a los orígenes bíblicos con Abel y Caín y un trágico final que termina en fratricidio. Pasando por el mito de Antígona, las tragedias y comedias de Shakespeare. Los hermanos Karamázov de Dostoievski, Mujercitas de Louisa May Alcott, Orgullo y prejuicio, Sentido y sensibilidad de Jane Austen.

En la tradición argentina aparece ya desde el mismísimo mito de origen, que es el Martín Fierro, la popular frase “Los hermanos sean unidos…”, convocando a la unión fraterna como la ley primera. La intrusa de Borges, Casa tomada de Julio Cortázar, entre otros.

Desde la rivalidad y la lealtad hasta la complicidad y la traición, cada historia busca sumergirnos en las dinámicas fraternales, ofreciendo un vistazo cercano a la complejidad que abunda en los lazos familiares. Estas narrativas nos invitan a reflexionar sobre la influencia del pasado, las expectativas compartidas y los secretos enterrados, revelando así las profundidades insondables de amor y resentimiento que pueden coexistir dentro de una misma familia.

Además, en igual nivel de importancia, la propuesta invita a los participantes a la práctica y enriquecimiento de la lengua inglesa a la vez que convoca a plantear la siguiente pregunta:

¿Por qué aprender inglés a través de la literatura?

Son muchas las razones por las cuales elegimos usar textos literarios para aprender inglés.

En primer lugar, como profesora, creo que no hay nada que supere leer a los grandes autores en su lengua original, por lo que implica como aprendizaje y como hecho estético. Ya que, al leer de primera mano, evitamos las malas traducciones y apreciamos la belleza y precisión de la lengua.

Los cursos están dirigidos a alumnos de nivel intermedio y avanzado. A través de la lectura y posterior debate, se van ejercitando en las clases todas las competencias lingüísticas: Reading & Listening Comprehension, Speaking & Use of English.

Se va ganando fluidez al hablar y se incorporan estructuras gramaticales, sin necesidad de apelar a los métodos tradicionales.

El trabajo grupal es enriquecedor y distendido. La idea consiste en aprender disfrutando, tanto de la lengua como de la literatura. El intercambio multiplica nuestras posibilidades de aprendizaje y se respeta el nivel de inglés de cada alumno.

Leeremos los siguientes cuentos:

1- “Goodbye, My Brother” (John Cheever)

2- “Each Other” (Doris Lessing)

3- “The Daughters of the Late Colonel” (Katherine Mansfield)

4- “Louisa, Please Come Home” (Shirley Jackson)