¿Tiene alguna pertinencia, aún, el gentilicio en el terreno de las tentativas estéticas? ¿Hablar, por ejemplo, de poesía peruana, costarricense, mexicana, etc.; o, ampliando esa lógica nominativa al espectro continental, ¿de poesía hispanoamericana, latinoamericana, norteamericana, etc.? Lejos de los insalvablemente obtusos itinerarios ideológicos que emparentan la “tradición nacional”, en cualquier ámbito del pensamiento, con la cerrazón de una lengua preponderante (o, incluso, única), congénita a un territorio que, a su vez, resulta esencial a un pueblo, este curso reconoce en el gentilicio (el local y el ampliado) toda forma de farragosa y nutritiva contaminación expresiva entre hablas y registros, toda pauta diaspórica de subjetivación estética, toda emergencia de una lengua menor, en lo que hace tanto a las tradiciones poéticas nacionales dentro de América Latina (por ejemplo: la gran tradición nicaragüense nutrida por las lecturas del modernismo norteamericano, para metabolizarlo diferencialmente) como, por extensión, a una conjeturada tradición latinoamericana. Esto suscita de inmediato algunas preguntas de interés: ¿Qué entendemos por tradición? ¿Cuál sería la especificidad de la poesía latinoamericana, más allá de cualquier idea numinosa de cohesión latinoamericanista? ¿Cómo esbozar una historiografía crítica en lo que concierne a un repertorio de persistencias formales, fogueos tropológicos y retóricos, obsesiones tematológicas, entradas en tensión con discursos maestros como la técnica, la nación, la religión, la modernidad, el erotismo, la vanguardia, etc.? ¿Cómo gravita sobre este campo de producción el enjambre indócil de las influencias universales? Estas son algunas de las preguntas que este seminario se propone problematizar, al tiempo que -en el sentido de esa dialéctica nacional/continental- intenta también visibilizar circunscripciones locales (¿glocales?) poco o nada conocidas para el lector argentino (la imaginería telúrica en cierta poesía ecuatoriana, el ciframiento místico en cierta poesía puertorriqueña, la suntuosidad de un idioma al límite en la poesía cubana, la revisita, desde nuevos lugares, a tradiciones hegemónicas como la peruana, la uruguaya o la chilena). Entendemos, pues, el gesto de cartografiar como una exhaustiva indagación en el cruce de caminos entre lenguaje, imagen, crítica e historia.