Foucault señala que a partir del siglo XVIII el poder se vuelve materialista al dejar de proyectarse sobre un territorio y volcarse sobre los cuerpos y la vida de la población. La anatomopolítica implica un poder que busca disciplinar a los individuos. La biopolítica es una técnica de poder que toma a la población como un cuerpo regido por leyes biológicas con el fin de regular la vida y la muerte del mismo.

En 1998 el filósofo italiano Giorgio Agamben publica el primer volumen de la serie “Homo sacer”, insertándose en el campo abierto por el filósofo francés. A partir de la distinción entre “bíos” y “zoé”, este libro se pregunta por la relación entre la “vida desnuda” y el poder soberano. Allí encuentra que biopolítica y excepción soberana resultan indisociables, desde que el cálculo sobre la vida biológica es central para el Estado moderno.

Entonces, la figura del “Homo sacer”, incluido/excluido del estado de derecho, será central para analizar el vínculo entre los estados totalitarios y las democracias liberales occidentales, expresado de manera privilegiada en el campo de concentración como paradigma biopolítico de lo moderno.

El objetivo de máxima del trabajo de Agamben, y por supuesto que el nuestro, será explicitar la paradoja de la soberanía y criticar la esquemática que se sigue de ella para así resistir a la mundialización de un modelo que hace de la excepción una nueva norma.

Bibliografía

Homo sacer I. El poder soberano y la vida desnuda, de Giorgio Agamben