La obra del filósofo Byung-Chul Han (Seúl, 1959) propone discusiones, a veces directas y otras veces tácitas, con ideas de autores tan distintos como Martin Heidegger, el economista Thomas Piketty, el crítico de arte Boris Groys o el analista político Aleksandr Dugin. A partir de estos debates, se plantean diversas preguntas clave. ¿Hay realmente una alternativa ante el avance de una civilización digitalizada que nos convierte en engranajes del puro cálculo? ¿Se puede discutir la economía neoliberal sin comprender antes el sentido profundo de su ideología? ¿Qué significa creer en un arte opuesto a los intereses del mercado después de la invención de internet? ¿Y en qué zona de influencia geopolítica actual se posiciona esta constelación de ideas en un mundo cuyo equilibrio de poder ha sido afectado por la pandemia de Covid-19? Desde la continuidad o la ruptura, estas discusiones nos permiten conocer y explorar las raíces del pensamiento crítico de Han aplicado sobre la tecnología, la economía, el arte y el poder, temas cuya confluencia ilumina muchos de los dilemas del presente.

A través de la explicación de ideas y conceptos que definen y rodean al pensamiento de Han, Byung-Chul Han en discusión propone una puerta de ingreso simple y didáctica hacia las raíces de algunos de los conceptos fundamentales de uno de los autores más relevantes de nuestra época, en un tono accesible tanto para quienes desconozcan su obra como para quienes quieran explorarla con mayor profundidad.

1. Byung-Chul Han y Martin Heidegger. La técnica y la serenidad. A mediados del siglo XX, Martin Heidegger formalizó con “La pregunta por la técnica” las pautas de lo que el pensamiento humanista presentaría durante los siguientes sesenta años como su crítica esencial contra el desarrollo tecnológico: la amenaza de la absoluta deshumanización de los individuos, sus comunidades y el mundo en nombre de la eficiencia y la racionalidad. Sin duda, las ideas de Byung-Chul Han sobre la “psicopolítica digital” en libros como En el enjambre son inconcebibles sin Heidegger, ¿pero hasta qué punto esta influencia fija y al mismo amenaza con encerrar las reflexiones de Han en una trampa romántica sin alternativas ante el poder tecnológico actual? La respuesta tal vez esté en los ecos de otro texto clave de Heidegger, en el que plantea la posibilidad de un paso más allá: “Serenidad”.

2. Byung-Chul Han y Thomas Piketty. El capital y la ideología. Lo que Byung-Chul Han llama “neoliberalismo” es más que un modelo transnacional de producción y acumulación. De lo que se trata es de un sistema que sobredetermina la totalidad de nuestras relaciones sociales, basado en parámetros que aseguran una cruda desigualdad material al mismo tiempo que sostienen una fantasía irrealizable de igualdad de oportunidades. El trabajo de Thomas Piketty sobre los vínculos contemporáneos entre capital e ideología es ineludible para iluminar las premisas de libros de Han sobre el mercado laboral como La sociedad del cansancio. Pero como también explica Anand Giridharadas, ¿acaso el neoliberalismo no se reproduce como un mercado intelectual de saberes propios? ¿En qué sentido, por lo tanto, el modo en que se desenvuelve el trabajo de pensar es definido hoy por la matriz ideológica del mercado?

3. Byung-Chul Han y Boris Groys. El arte y el libre mercado. Siguiendo las reservas de Walter Benjamin ante los procesos de industrialización del arte, en La salvación de lo bello Han advierte acerca de las fuerzas de la positividad, que eliminan en beneficio de la “transparencia” todo aquello escondido y conflictivo que da a la belleza su trascendencia. Sin embargo, esta posición alcanza un sentido mayor al contrastarse con las hipótesis del crítico de arte Boris Groys. Inmersos en una era digital capaz de dotar a cualquiera de las plataformas para producir, exhibir y monetizar en internet todo tipo de arte, y aún cuando uno mismo puede convertirse a través del “autodiseño” de las redes sociales en un objeto estético, ¿no habría que abandonar la preocupación por lo que el arte es para concentrarse en lo que el arte hace? En este punto, de lo que realmente se trata es de discutir el arte como fuerza dialéctica o el arte como fuerza política.

4. Byung-Chul Han y Aleksandr Dugin. El romanticismo y la realpolitik. A la luz de las ideas desarrolladas en su Cuarta Teoría Política y las tensiones desatadas alrededor de un “globalismo” dañado por la pandemia de Covid-19, el análisis geopolítico que Aleksandr Dugin propone para entender el camino hacia un nuevo mundo multipolar marca, también, los límites políticos, soberanistas e identitarios del pensamiento de Byung-Chul Han. Sin embargo, en su libro más reciente, La sociedad paliativa, Han explora los problemas que hacen de la “posdemocracia” occidental una forma de poder al borde del agotamiento. Se abre entonces una discusión aún irresuelta sobre cómo imaginar la filosofía de un sistema alternativo de poder: ¿romanticismo o realpolitik?

Nicolás Mavrakis (Buenos Aires, 1982) es escritor. Su libro más reciente es Byung-Chul Han y lo político (Prometeo, 2021).